Cuarta entrega de la taquillera y multimillonaria saga de George Lucas, aunque la primera en cuanto al orden cronológico de la historia.
La amenaza fantasma nos remonta a varios años antes de lo visto en el Episodio IV: Una nueva esperanza. La trama de Star Wars Episode I – The Phantom Menace, inicia con el conflicto entre el planeta Naboo y La Federación de Comercio, debido a la considerable alza del impuesto sobre las rutas comerciales de la galaxia. El Canciller Supremo de la República Galáctica, Valorum, envía a los caballeros Jedi Qui-Gon Jinn (Liam Neeson) y Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) a parlamentar con el Virrey Nante Gunray, líder de La Federación, para instarlo a terminar con su bloqueo al planeta Naboo y con el alza de impuestos.
En lugar de ser bien recibidos, Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi son atacados y obligados a huir. En su periplo descubren que la reina de Naboo, Padmé Amidala (Natalie Portman), se encuentra cautiva y deciden rescatarla. Tras lograr su cometido, huyen en la nave de la reina, pero al ser atacados por La Federación, deben aterrizar en el planeta Tatooine, donde encontrarán a un jovencísimo Anakin Skywalker (Jake Lloyd), futuro Darth Vader, al que llevarán consigo.
Tuvieron que pasar 16 años para que esta nueva entrega viera, por fin, la luz. La última vez que el público disfrutó en pantalla gigante del universo alucinante de Star Wars fue en 1983 con el Episodio VI: El retorno del Jedi.
La espera, pues, fue grande. George Lucas ha manifestado en múltiples ocasiones que debió iniciar la saga por el episodio IV porque en los años 70´s no existía la tecnología necesaria para recrear todo el universo de Star Wars tal cual había sido concebido. Sus detractores, sin embargo, sólo vieron en la nueva trilogía una manera de seguir explotando la historia con el único fin de generar mayores ingresos económicos para su creador.
Presentada como la génesis de la saga de Star Wars, La amenaza fantasma dividió tanto a críticos como al público en general desde su estreno. Unos la vieron como una buena pre cuela de la trilogía anterior, mientras que otros la consideraron un filme muy efectista que abusaba de los efectos digitales. A pesar de ello, George Lucas vio colmada sus expectativas: la cinta se convirtió rápidamente en una de las más taquilleras en la historia del cine, al recaudar unos $ 925.5 millones.