Sigmund Freud fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, considerado como el padre del psicoanálisis así como una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.
Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales.
Sus teorías y su trabajo han dejado una huella importante en el modo en el que durante décadas se han dado explicaciones sobre el desarrollo en la infancia, la personalidad, la memoria, la sexualidad o la terapia.
Biografía
Sigismund Schlomo Freud nació en Príbor, Austria el 6 de mayo de 1856. A pesar de haber nacido en el seno de una familia judía, fue educado sus lazos con el judaísmo no fueron religiosos, aunque se identificó siempre con su cultura.
Se trasladó junto a su familia cuando tenía 6 años a Viena. A pesar de que su familia atravesó grandes dificultades económicas, sus padres se esforzaron para que obtuviera una buena educación.
En 1873 ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina en un ambiente de antisemitismo creciente. Fue un estudiante poco convencional pero brillante.
Fue ayudante del profesor E. Brücke en el Instituto de Fisiología de Viena entre 1876 y 1882.
Cambió su nombre a Sigmund en 1877.
En 1881 se graduó como médico.
Trabajó bajo la dirección de Theodor Meynert en el Hospital General de Viena entre los años 1883 y 1885. Como investigador médico, Freud fue un pionero al proponer el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico.
En 1886 abrió una clínica privada especializada en trastornos nerviosos.
Entre 1895 y 1900 desarrolló la asociación libre.
En 1902 recibió el nombramiento imperial como Profesor extraordinario.
En 1909 obtuvo reconocimiento de la Universidad de Clark, en Worcester, Massachusetts, la cual le concedió el título honorífico doctor honoris causa.
El 28 de agosto de 1930, Freud fue galardonado con el Premio Goethe de la ciudad de Fráncfort del Meno por su actividad creativa.
En 1938, tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, Freud, en su condición de judío y fundador de la escuela psicoanalítica, fue considerado enemigo del Tercer Reich. Sus libros fueron quemados públicamente y tanto él como su familia sufrieron un intenso acoso. Se vio obligado a escapar del país al quedar claro el inminente peligro que corría su vida. Huyó gracias a la intervención de Marie Bonaparte y Ernest Jones rumbo a Londres.
Vida Privada
En 1886, Freud se casó con Martha Bernays con quien tuvo una hija llamada Anna Freud.
En 1923 se le diagnosticó un cáncer de paladar, probablemente a consecuencia de su intensa adicción a los puros. Su enfermedad, le generó sordera del oído derecho.
Aportes
Freud innovó en dos campos. Desarrolló simultáneamente, por un lado, una teoría de la mente y de la conducta humana; y por otro, una técnica terapéutica para ayudar a personas con afecciones psíquicas.
En colaboración con su mentor Josef Breuer desarrolló el método catártico, el cual utilizó junto con la hipnosis para tratar la histeria.
Se dedicó a investigar y desarrollar la asociación libre y la interpretación de los sueños.
Su búsqueda centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis.
Postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa. Su teoría sobre la sexualidad infantil causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX y por la cual fue acusado de pansexualista.
Probablemente, la contribución más significativa que ha hecho al pensamiento moderno es la de intentar darle un estatus científico al concepto de lo inconsciente.
Acudió al Edipo Rey de Sófocles para indicar que el ser humano desea el incesto de forma natural y cómo se reprime ese deseo. El complejo de Edipo fue descrito como una fase del desarrollo psicosexual y de madurez.
Investigó acerca de la parálisis cerebral y sugirió que era erróneo que esta enfermedad, tuviera como causa una falta de oxígeno durante el nacimiento. En cambio, dijo que las complicaciones en el parto eran solo un síntoma del problema.
Freud desarrolló la llamada «cura del habla» que posibilitaría la mitigación y desaparición de los síntomas histéricos y neuróticos a través de un monólogo sin censura con el analista.
Teorías
El Inconsciente
Postuló el modelo del inconsciente. Creó los conceptos de «inconsciente», «deseo inconsciente» y «represión», los cuales proponen una mente dividida en capas o niveles, dominada en cierta medida por una voluntad primitiva, más allá de la esfera consciente y que se manifiesta en «producciones» tales como chistes, lapsus, actos fallidos, sueños y síntomas.
Como parte de su teoría, defiende también la existencia de un preconsciente, que describe como la capa entre el consciente y el inconsciente. La represión, por su parte, tiene gran importancia en el conocimiento de lo inconsciente. Las personas experimentan a menudo pensamientos y sentimientos tan dolorosos que no pueden soportarlos. Estos pensamientos y sentimientos (al igual que los recuerdos asociados) no pueden ser expulsados de la mente, pero sí del consciente para formar parte del inconsciente, manteniendo lo reprimido su efectividad psíquica y retornando en forma de alguna de sus producciones.
El Ello, el Yo y el Superyó
Freud buscó una explicación a la forma de operar de la mente. Propuso una estructura de la misma dividida en tres partes: el ello, el yo y el superyó.
El ello representa las pulsiones o impulsos primigenios, los cuales constituye el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Contiene nuestros deseos de gratificación más primitivos.
El superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos.
El yo permanece entre ambos. Actúa mediando entre nuestras necesidades primitivas y nuestras creencias éticas y morales. Un yo saludable proporciona la habilidad para adaptarse a la realidad e interactuar con el mundo exterior.
Pulsiones
La mente está influenciada por factores o energías innatos, que llamó pulsiones. Describió dos pulsiones antagónicas: el Eros o pulsión de vida, una pulsión sexual tendente a preservar la vida y el Tánatos o pulsión de muerte, la cual representa una moción agresiva.
La Libido y el Modelo Psicosexual
Sostuvo que la libido madura en los individuos por medio del cambio de su objeto. Argumentó que la sexualidad infantil es «polimórficamente perversa», en el sentido de que una gran variedad de objetos pueden ser una fuente de placer.
Conforme las personas se desarrollan, se fijan sobre diferentes objetos específicos en distintas fases: Fase oral, (ejemplificada por el placer de los bebés en la lactancia), Fase anal (ejemplificada por el placer de los niños al controlar sus esfínteres), Fase fálica (Momento en que los niños pasan a una fase donde se fijan en el progenitor de sexo opuesto también conocido como complejo de Edipo), período de latencia (tiempo en el que se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección) y la fase genital (surge en la adolescencia cuando maduran los órganos genitales y surgen deseos sexuales).
Técnica Psicoanalítica
A través de la relativamente poca intervención del psicoanalista, quien adopta una postura neutral y abstinente, el paciente puede proyectar sus pensamientos y sentimientos sobre él. A través de este proceso, llamado transferencia, el paciente puede reconstruir y resolver conflictos reprimidos (causantes de su enfermedad), especialmente conflictos de la infancia con sus padres.
Obras
• El chiste y su relación con lo inconsciente
• El malestar en la cultura
• El porvenir de una ilusión
• El yo y el ello
• Esquema del psicoanálisis
• Estudios sobre la histeria
• Introducción del narcisismo
• La interpretación de los sueños
• Más allá del principio de placer
• Moisés y la religión monoteísta
• Psicología de las masas y análisis del yo
• Psicopatología de la vida cotidiana
• Sobre los recuerdos encubridores
• Tótem y tabú
• Tres ensayos de teoría sexual
• Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci
Muerte
Sigmund Freud falleció el 23 de septiembre de 1939. Freud le recordó a su médico Max Schur, la promesa de sedación terminal para ahorrarle el sufrimiento agónico. Así murió después de serle suministradas tres inyecciones de morfina. Fue incinerado en el crematorio laico de Golders Green, donde reposan sus cenizas junto a las de su esposa.