Emiliano Zapata también conocido como el Caudillo del Sur o El Atila del Sur, fue uno de los líderes militares y campesinos más importantes de la Revolución Mexicana y un símbolo de la resistencia campesina en México. Es considerado como ideólogo e impulsor de las luchas sociales y las demandas agraristas, así como de justicia social, libertad, igualdad, democracia social, propiedad comunal de las tierras y el respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras de México, víctimas de la oligarquía y el latifundismo. Como parte del movimiento revolucionario, estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur.
Su frase más célebre: «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado».
Biografía
Emiliano Zapata Salazar nació en Anenecuilco, Morelos, el 8 de agosto de 1879. Nació en el seno de una familia campesina y su infancia se desarrolló en el contexto del latifundismoporfirista en Morelos.
Trabajó como labrador y arriero.
En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender sus tierras y las del pueblo frente a los hacendados colindantes. Su rebeldía lo condenó a la leva (conscripción), y en 1910 Zapata fue incorporado al 9° Regimiento de Caballería, en Cuernavaca.
Zapata fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz, tras lo cual fue trasladado a cumplir las mismas funciones bajo el mando de Ignacio de la Torre, yerno del Gral. Porfirio Díaz, quien le tomaría especial afecto por su destreza y conocimiento con los caballos.
En 1909 Emiliano Zapata fue elegido calpuleque de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco.
Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al aspirante de la oposición, Patricio Leyva, en contra de los latifundistas.
En 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno, pues fue declarado bandolero.
A finales de ese mismo año, Pablo Torres Burgos fue enviado a Estados Unidos por Emiliano Zapata para que se pudiera entrevistar con Francisco I. Madero. El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Emiliano Zapata y otros campesinos. Sucedió el día 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis. Por ese entonces Emiliano Zapata es elegido como nuevo jefe revolucionario maderista del sur.
Con el triunfo del maderismo, Zapata no deja las armas, y sigue con la guerra con el objetivo del pueblo campesino: la devolución de las tierras robadas por los hacendados millonarios.
El presidente de aquél entonces lo consideró rebelde y envió a las fuerzas militares a someterlo. Zapata no se amilanó e desplegó sus tropas entre Guerrero y Puebla, escondiéndose del gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales.
El 25 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la repartición de los latifundios creados durante el porfiriato.
Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal. Tras el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue uno de los jefes revolucionarios más importantes. Zapata contaba con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala. Se negó a negociar y a reconocer al presidente.
En 1914 Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo. Poco después tomó Cuernavaca, Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, y pretendía llegar a Ciudad de México.
Vida Privada
Tuvo dos hijos con una joven que había raptado Inés Alfaro Aguilar: Nicolás e Elena.
Luego se casó con una joven de clase acomodada llamada Luisa Merino.
En 1911 contrajo matrimonio con Josefa Espejo Sánchez conocida como “La Generala”, con quien procreó dos hijos: Felipe y Josefa, pero ambos murieron.
Zapata tuvo más hijos como es el caso de Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres.
Muerte
En 1919 la guerra proseguía. El 10 de abril de 1919 los soldados federales tendieron una trampa a Zapata, a donde abrieron fuego en la Hacienda de Chinameca, Morelos, a donde iba a tener una reunión. Zapata murió y se convirtió en el apóstol de la revolución y símbolo de los campesinos desposeídos.
Los seguidores de Emiliano Zapata reciben desde entonces el nombre genérico de zapatistas.