Después del éxito en televisión de la serie X-files, parecía que ninguna otra producción de ciencia ficción conseguiría la misma popularidad de la que gozó su antecesora. Han tenido que pasar 6 años para que, en el 2008, una serie del mismo género consiga el mismo éxito. Fringe se ha convertido en la sensación del momento y, gracias a su considerable rating, ha renovado contrato con la cadena de televisión FOX para una tercera temporada.
La historia narra los diferentes eventos extraños que se dan en diferentes partes de Estados Unidos. Denominados como “El patrón”, estos sucesos son investigados por miembros del FBI. La agente especial a cargo es Olivia Dunham (Anna Torv) y junto al “científico loco” Walter Bishop (John Noble) y su hijo, Peter Bishop (Joshua Jackson), decide conformar el grupo a cargo de las investigaciones. Para ellos, todos los acontecimientos están relacionados y para solucionar cada caso deciden emplear la ciencia fringe: aquella que explica los sucesos con teorías poco ortodoxas y nada creíbles.
La serie fue creada bajo la participación conjunta de tres renombrados guionistas y directores: J.J Abrams, Alex Kurtzman y Roberto Orci. El trío ya poseía experiencia dentro de los géneros de ciencia ficción, suspenso y misterio llevando a cabo series como Alias, Lost y películas como La Isla y Justo en la Mira así que decidieron unir esfuerzos para levar a cabo este proyecto.
Para los actores ha representado todo un reto participar en esta producción debido a que muchas de las escenas son rodadas en locaciones cerradas, utilizando pantallas verdes, realizando acrobacias y recurriendo a dobles para algunas escenas de acción.
Fringe ha conseguido posicionarse dentro de las favoritas por el público de ciencia ficción debido a la trama de sus temporadas, y su alternancia con “mundos paralelos”. Como esta producción está basada en la ciencia fringe o ciencia marginal, representa un desafío abarcar casos extraños con soluciones casi anormales y que a la audiencia le parezca creíble.