La más reciente película de Tom Cruise, Oblivion, es un thriller de ciencia ficción que nos sitúa en un futuro post-apocalíptico bastante cercano: el año 2077.
La Tierra se encuentra en ruinas. Hace más de 60 años el planeta fue atacado por fuerzas alienígenas. Ganamos la guerra, pero los sobrevivientes tuvieron que ser evacuados.
Jack Harper (Tom Cruise), un antiguo comandante astronauta, es uno de los pocos hombres que todavía permanecen aquí. Jack forma parte de una operación encargada de extraer los recursos vitales que aún se conservan. Buscando estos recursos, patrulla los cielos diariamente. Su labor es rutinaria, sin grandes sorpresas. Hasta que un día encuentra a una mujer dentro de una nave espacial y la rescata. La desconocida joven suscita una serie de hechos que llevan a Jack a cuestionarse todo lo que creía, y a enfrentar la posibilidad de tener entre sus manos el destino de la humanidad.
Oblivion es una adaptación de la novela gráfica del mismo nombre, escrita por Joseph Kosinski y Arvid Nelson. Su llegada al cine fue un esfuerzo del propio Kosinski, quien además de dirigir la cinta, colaboró en el guión y es su co-productor.
La poca familiaridad de su nombre no debe hacernos pensar que se trata de un realizador novel o improvisado. Kosinski tiene una experiencia acreditada dirigiendo proyectos de ciencia ficción. Su último trabajo fue, nada menos, que la nueva versión del clásico ochentero Tron, estrenada en 2010 como Tron: Legacy.
Lo más atractivo de la película es la participación de un elenco estelar. Acompañan a Tom Cruise el celebérrimo Morgan Freeman, la ganadora del Oscar, Melissa Leo, la última chica Bond, Olga Kurylenko y Nikolaj Coster-Waldau, el “Matarreyes” de la popular serie de HBO, Juego de Tronos. Por si fuera poco, cuenta con la dirección fotográfica del chileno Claudio Miranda, reciente ganador del Oscar por Life of Pi, quien ya había colaborado con Kosinski en Tron: Legacy.
Co-producción Estados Unidos–Rusia, en un inicio los estudios Disney compraron los derechos para rodar la película. Se planteó la posibilidad de hacer una cinta apta para todo público; pero Kosinski consideró que ello representaría una limitación creativa y rechazó la propuesta. Disney puso a la venta los derechos de Oblivion, que fueron adquiridos por los Estudios Universal, que autorizó una versión para mayores de 13 años; quizá no apta para toda la familia, pero sí más fiel a la novela gráfica.