Para el surrealismo la sola presencia de Salvador Dalí se convierte en uno de sus puntos más altos, siendo también una de las figuras más representativas para el arte del siglo XX, creando cuadros de amplio impacto visual gracias a su eclecticismo y amplia imaginación.

Nacido en España, bajo el nombre de Salvador Domènec Felip Jacint Dalí i Domènech, nombre que le perteneció también a su hermano muerto, lo cual le llegó a marcar debido a que sus padres le mencionaban que él era su reencarnación.

Pese a estos detalles que marcaron a Dalí desde muy pequeño, incluyendo leves crisis de identidad, el arte también mantuvo un amplio espacio durante su juventud, tomando clases desde muy joven y contando con gran admiración por la pintura propia del período renacentista.

Con esto tras su espalda no le sería difícil poder crear un estilo propio que termine siendo muy bien recibido dentro del arte moderno del siglo XX, llenándose de simbolismos y detalles a analizar, como puede verse en La Persistencia de la Memoria, su versión de La Última Cena o Sueño Causado por el Vuelo de una Abeja Alrededor de una Granada un Segundo Antes de Despertar, por mencionar solo tres casos dentro de su basta obra.