Un naufragio, una isla solitaria a cientos de kilómetros de la civilización, y siete individuos completamente diferentes que sólo comparten el deseo de abandonar con la mayor presteza posible ese paraje aislado al que han sido arrojados.

Ésa es la premisa de la que partió el productor Sherwood Schwartz para crear la comedia de situaciones La Isla de Gilligan, emitida en Estados Unidos entre los años 1964 y 1967 durante tres temporadas, y convertida con el paso del tiempo en un clásico de la televisión norteamericana.