La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca; The Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark; o simplemente Hamlet, es una tragedia de William Shakespeare que trata temas de asesinato, venganza, melancolía y locura.
Se trata del drama más largo del autor, una de las más influyentes de la literatura inglesa y probablemente la obra dramática más famosa de la literatura occidental.
Shakespeare probablemente basó Hamlet en dos fuentes: la leyenda de Amleth y una perdida obra isabelina conocida hoy como Ur-Hamlet o Hamlet original.
El año concreto en que fue escrita sigue aún en disputa. Se dice que fue escrita entre 1599 y 1601.
Resumen
La obra transcurre en Dinamarca, y trata de los acontecimientos posteriores al asesinato del rey Hamlet, a manos de su hermano Claudio.
Después de la muerte del rey, Claudio se casa con la esposa del soberano, la reina Gertrudis, madre de Hamlet.
Dinamarca tiene una larga enemistad con Noruega, y se espera una invasión por parte de este último país, liderada por el príncipe Fortimbrás.
En una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca, los centinelas tratan de convencer a Horacio, el mejor amigo de Hamlet, de que han visto al fantasma del rey Hamlet, padre del príncipe. El príncipe Hamlet decide ir, por la noche, al lugar de las apariciones para ver al fantasma él mismo. Esa noche, el fantasma del rey le informa a Hamlet que su tío Claudio lo asesinó al verter veneno en su oído mientras dormía, y le pide a su hijo que se vengue de su asesino, matándolo. Tras el encuentro, el príncipe duda si el espíritu es el de su padre y si lo que ha dicho es real.
Polonio es el señor del reino; su hijo, Laertes, parte de viaje a Francia y su hija, Ofelia, es cortejada por Hamlet.
Laertes le advierte a Ofelia que debe terminar su relación con Hamlet ya que él es el príncipe y no es el dueño de sus deseos porque estos pueden afectar al Estado. A su vez, Polonio, su padre, le prohíbe que lo vea de nuevo. Ofelia promete obedecer y dejar de verlo.
El rey Claudio y la reina Gertrudis están muy ocupados tratando de abortar la invasión liderada por Fortimbrás, a la vez que se preocupan por el comportamiento errático y cambiante de Hamlet.
Claudio decide convocar a dos amigos de Hamlet, Rosencrantz y Guildenstern, para que lo espíen e intentar averiguar la causa de la conducta extraña de su sobrino. Hamlet los recibe cortésmente, pero se da cuenta de que lo están espiando.
Ofelia se alarma por el comportamiento extraño de Hamlet y le cuenta a su padre que el príncipe entró a su habitación y se quedó mirándola sin decir nada. Polonio presume que es un “éxtasis de amor” la causa de la locura de Hamlet y pregunta a su hija si había sido dura con él. Ella le responde que había seguido sus órdenes, a lo que Polonio entiende que esa era la causa del trastorno de Hamlet y lamenta haber malinterpretado sus intenciones. Luego informa a los reyes de lo que supone acerca de la «locura» del príncipe.
Hamlet continúa dudando si el fantasma le ha dicho la verdad; por lo que, cuando una compañía de actores itinerantes llega a Elsinor, se le presenta una solución. La obra resulta ser una recreación de un asesinato, por lo que Hamlet les pide que la representen modificada según un texto que él les proporcionaría, para que sea una recreación del asesinato de su padre.
Polonio y el rey Claudio deciden espiar a Hamlet cuando este se encuentra con Ofelia pensando que están solos, para ver su reacción y confirmar la causa de su aparente locura. Después de que Hamlet pronuncie el soliloquio que comienza con la frase «ser o no ser», sin advertir la presencia de Ofelia, ella le devuelve unas cartas que Hamlet le envió y el príncipe se pone furioso, la rechaza y le insiste para que se marche a vivir a un convento.
La corte asiste a ver la obra y, antes de la representación, el autor, en la voz de Hamlet, hace una crítica de la sobreactuación de algunos actores. Transcurrida la escenificación, cuando llega el momento del asesinato del rey, Claudio se inquieta y se retira del lugar abruptamente, lo que induce a creer en su culpabilidad.
Claudio temiendo que, en su «locura», Hamlet atente contra él, decide enviarlo a Inglaterra, por su propia seguridad. Mientras tanto, la reina llama a Hamlet para tratar de comprender su conducta tan rara, mientras Polonio se oculta detrás de una cortina para poder espiar y luego contárselo a Claudio.
Hamlet acude al llamado de su madre a la habitación de ella, donde le reprocha su apresurada boda con Claudio, por el inadecuado momento en el que ocurrió y por considerar que no existía punto de comparación entre su padre y su tío. Cuando escucha un ruido detrás de la cortina, y pensando que es el rey, lo apuñala, pero mata a Polonio en su lugar. Luego aparece el fantasma de su padre y Hamlet le habla, pero la reina Gertrudis no puede verlo ni oírlo, por lo que supone que el príncipe está totalmente loco. Hamlet se lleva el cuerpo de Polonio y lo oculta. Luego parte a Inglaterra, acompañado por Rosencrantz y Guildenstern, que tienen la orden de ejecutarlo.
Tras la muerte de Polonio, Ofelia, angustiada además por el alejamiento de su amado Hamlet, comienza a desvariar y cantar; mientras que su hermano Laertes regresa de Francia con la idea de vengar la muerte de su padre. Claudio lo convence de que Hamlet tiene toda la culpa del crimen. En ese momento llega a Horacio una carta de Hamlet en la que cuenta que su barco con rumbo a Inglaterra fue atacado por piratas, por lo que ha retornado a Dinamarca después de ser liberado, mientras sus acompañantes siguen su viaje.
El rey Claudio y Laertes organizan un plan: Laertes peleará contra Hamlet con una espada envenenada para así tener más posibilidades de matarlo. En caso de que falle, Claudio le ofrecerá a Hamlet una copa de vino con veneno. En ese momento, llega la reina Gertrudis para informar de que Ofelia se ha ahogado en un río, sembrando la duda de que podría haberse suicidado.
Después, dos sepultureros cavan una tumba para Ofelia; mientras discuten llegan Hamlet y Horacio. Uno de los sepultureros encuentra el cráneo de Yorick, un bufón con el que Hamlet solía divertirse cuando era niño, y es allí cuando le habla a la calavera. Luego llega el cortejo fúnebre de Ofelia, encabezado por Laertes, y Hamlet se entera de su muerte. Ambos discuten quién siente mayor dolor con la pérdida de Ofelia, hasta que son detenidos por Claudio y Gertrudis.
En Elsinor, Hamlet se reúne con Horacio y le cuenta cómo encontró una carta de Claudio en la que ordenaba que, cuando llegara a Inglaterra, lo mataran, y que modificó el nombra para que se diera muerte a Rosencrantz y Guildenstern; en ese momento, un cortesano llamado Osric llega y le informa sobre el duelo con Laertes.
En el duelo, Laertes hiere con su espada envenenada a Hamlet pero el príncipe sigue luchando, luego surge un intercambio casual de espadas y Hamlet termina hiriendo a Laertes con su propia espada envenenada. La reina Gertrudis muere al beber el vino envenenado, sin saber que lo estaba.
Laertes, arrepentido, confiesa a Hamlet que la trampa del vino fue ideada por Claudio. Hamlet, encolerizado, por fin logra herir al rey Claudio y le hace beber de su propio veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba. Hamlet, antes de morir, le pide a su fiel amigo Horacio que cuente la verdad sobre lo sucedido y que se declare al príncipe Fortimbrás heredero del trono.
La obra termina con la entrada en la corte de Fortimbrás, que ofrece un funeral militar en honor a Hamlet.
Estructura
La obra está compuesta por cinco actos, los cuales se dividen al mismo tiempo en escenas.
En el primer acto se presenta el planteamiento, el cual gira entorno a la aparición del fantasma del rey Hamlet. Asimismo, se dan a conocer los antecedentes y el crimen de actual rey, Claudio. También se genera el detonante de la obra: la venganza del príncipe Hamlet.
El nudo comprende desde el segundo acto hasta el cuarto. En esta parte se desarrolla la acción. También contiene uno de los actos más conocidos de la obra, donde Hamlet recita el monólogo de “Ser o no ser”.
El desenlace tiene lugar en el último acto. Donde la venganza se lleva a cabo y, en consecuencia, la muerte juega un papel protagonista. Esta parte expone el deceso de Claudio, Gertrudis, Laertes y el príncipe Hamlet.
Personajes
• Bernardo
• Capitán noruego
• Claudio
• Cornelio
• Embajadores de Inglaterra
• Fortimbrás
• Francisco
• Gertrudis
• Guildenstern
• Horacio
• Laertes
• Marcelo
• Ofelia
• Osric
• Polonio
• Príncipe Hamlet
• Reinaldo
• Rey Hamlet
• Rosencrantz
• Sacerdote
• Sepultureros
• Tres actores
• Voltimand
Análisis
La obra discurre vívidamente alrededor de la locura, tanto real como fingida, y de la transformación del profundo dolor en desmesurada ira. Además de explorar temas como la melancolía, la traición, la venganza, el incesto, la corrupción moral, la razón, la debilidad y la muerte.
Al igual que en otras tragedias del autor, el protagonista no puede evitar librarse de un destino catastrófico pese a todos sus esfuerzos por evitarlo.
Hamlet ha sido a menudo recibido como un personaje filosófico que expone ideas que hoy serían consideradas relativistas, existencialistas y escépticas. El más claro ejemplo de existencialismo se encuentra en el famoso soliloquio del «ser o no ser».
Temas
La venganza es el asunto principal y catalizador de la obra.
La hipocresía aparece reflejada en las acciones de algunos personajes de la obra.
La muerte es el trágico destino de muchos personajes a lo largo de esta obra. Asimismo, se convierte en un camino a considerar para acabar con la agonía que los atormenta.
La traición, la venganza o la locura son algunos de los motivos que originan el fatal destino de los personajes.
La razón y la locura son el dilema que más inquieta a Hamlet. Ser o no ser, esa es la cuestión.
Lenguaje y Estilo
La tragedia está escrita en verso casi en su totalidad, sin embargo en ocasiones está presente la prosa.
La mayor parte del lenguaje de la obra es cortesano, lo que propicia un discurso elaborado e inteligente.
Asimismo, los diálogos y monólogos también forman parte de la obra.
En la obra, los personajes hacen uso de anáforas, metáforas, esticomitia, asíndeton, calambures, endíadis, etc.
Los soliloquios de Hamlet llaman la atención: Hamlet se interrumpe, verbaliza ora disgusto ora acuerdo consigo mismo, y embellece sus propias palabras. Halla dificultad al expresarse directamente y, en lugar de esto, embota breves estocadas de su pensamiento a través de juegos de palabras.